domingo, 30 de diciembre de 2012

Plegaria de un corazón azul



Querido Dios
Gracias por permitirme despertar
Sólo mañana  procura que mi despertar ya no recuerde
No es queja ni mandato
Es petición y plegaria
Ten piedad de esta mente anestesiada
De tanto mundo indiferente
De tanto amor acorralado
Amor obligado a destrozarse a él mismo
No tiene donde llegar ni donde ir
La sangre ya no es roja, es azul
Ha sido machucado
Por eso Querido Dios
Enséñale a vivir con el frío
Enséñale a este corazón azul como no extrañar más al amor inalcanzable
Y si es necesario, de una vez sola vez
Tan sólo déjalo morir